jueves, 31 de diciembre de 2009

Año viejo

Todavía me sorprende que me digan que cuando escribo hablo de amor. Y no debería porque, en fin, en definitiva crecí escuchando a los Beatles. Sólo en un sentido soy previsible, y es que nos arrancaríamos los ojos por ser artistas; por hablar de la vida como concepto global y saber qué decimos. Escapar de los lugares comunes o pronunciar sentencias tan magníficas, pura retórica; que nuestras citas las escriban con típex, en los bancos. Mi adolescencia fue más pasiva-agresiva y no me atrevía a subrayar las grandes frases en los libros -por si acaso les dolía-; sólo vestía de Sgt. Pepper's y a veces le daba la vuelta a la autoridad. Es una pena que llevara esa chaqueta entonces y que no la encuentre ahora que ya no crezco y que he conseguido parte de lo que quería. Puede que algún día admita que se vive relativo con un pie en la cornisa de la suerte, y que entre la espada y tú preferí pegarme a la pared. Que es más fácil no apostar porque nunca se pierde. Pero de momento me basta con estar en todas partes aunque sea de paso, y que no me importe qué día es, porque si para ser felices hay que mirar el calendario, apaga y vámonos. Yo las copas de más me las tomo cuando quiero (y sí, quiero); y mírame ahora, comiendo calamares a la romana como a los cinco años; era algo exagerada y me gustaban tanto que los aburrí. Quizá lo correcto sería no poner tanta pasión en las cosas, ser una más, caminar como caminan todos, deslizarse por las horas like a rolling stone... Hay que joderse. Y qué más puedo decir, lo cierto es que me encanta ser más críptica que los claveles, ordenar como un puzle mis retazos de memoria y ser feliz con lo que he cambiado, con lo que he vivido, con lo que vendrá. Con lo que soy y con los que son conmigo. Así que gracias a ellos, y sobre todo a mí.

sábado, 26 de diciembre de 2009

let me be your heroin

No diré nada que no quiera decir.
Pero mañana cuando despierte
recuérdame quererte como nunca lo he querido,
recuérdame no ser
lo que quieren que sea,
pensar dos o tres veces los pasos que me quedan,
creerme a la deriva
cada seis mil segundos,
rozar las horas muertas
con el borde de los dientes;
recuérdame existir
en lugar de pensarme,
hablar de mí con creces como quieren los días,
pensada y hábilmente,
recuerda deshacerte
en ventanas esquivas
como horas que pasan
como escenas dormidas.
Recuérdame almorzar
tu rastro día a día
y grabar cada espasmo en una fotografía
que cante dos verdades,
que apague tus cenizas,
que busque efervescencia,
que siegue las cortinas;
recuerda que por eso
yo cada tres minutos
me doblo las esquinas.


sábado, 19 de diciembre de 2009

you struck me down like radium

Y ella nunca volverá a abrazarme frágil y sincera como sus claveles, nunca sentiré la fuerza de su piel de algodón, sus ojos brillando detrás del cristal. No volverá a decirme que tenga cuidado con los chicos, ni a cocinar para mí ni a perseguirme sin correr, la voz rota. Yo lo único que sé es que no lloraré ni una ni dos veces más, porque tengo las costillas duras y todavía aguantan, pero que no olvidaré nunca porque es un verbo que ni sé ni quiero conjugar. Y llevo años sabiendo que ya va siendo hora de empezar a estampar naranjas contra la pared, teñir la calle con mandarinas, decirte así que sigo teniendo cerca el color de tu pelo, que no tengo remedio porque sigo escapando en cuanto puedo, porque siguen encantándome los canelones, que sigo teniendo cuidado sólo a veces pero soy tan flexible como entonces, así que si me caigo sigo levantándome y echando a correr, que así caerse es divertido. Ahora me gustan más las flores y tengo que decirte que cada vez creo menos en dioses, pero el milagro fue conocerte, fue tenerte, y me importa eso; que estarás siempre en mi sangre, que te admiraré ahora y siempre, por lo que sé de ti, pero sobre todo por lo que nunca sabré. Que me parezco a ti en más cosas que los libros y los crucigramas; que las dos sabemos que nunca hará falta que nadie me diga cuánto me querías.

sábado, 12 de diciembre de 2009

De lo insólito de los días

Que los términos se confundan y florezcan significados, como que casa sea un concepto ambiguo y que conozca tu gesto exacto cuando te pones nerviosa y enciendes un cigarro. Que antes de encender la luz sepas cuándo me voy a poner roja, yo que me creía inmune a esas cosas. Compartiendo secador, dudas y Nutella. Que me he acabado las nubes pero espero que sea un poco mentira; ya hace tres meses que sabemos que il faut se méfier des mots. Que me mirara como se mira el mar, con los ojos húmedos, memorizándome las olas; que yo no supiera cómo dejar de dejarme la piel. Que estemos tan vivos que podríamos cantar hasta la madrugada, waltzing waltzing around Paris, notas de colores, por Montmartre ya sale el sol. Que tenga la vida llena de ciudades y canciones, que quiera llenarme de todas mientras bebo té, se empapan las cortinas y las rosas se marchitan. Como es natural. Que nos vea en blanco y negro, hablando del frío, de gente que no hemos conocido, y que no sea raro. Pensar que te diría todo lo que le habría dicho al genio poeta, a la princesa radioactiva, al vampiro de mi infancia. Que te daría cada palabra, sílabas de manzana, mañanas de jabón.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Diciembre

Para los días que me quedan guardo un milagro que no duela, palomas de papel, tus ojos en una cuchara. Preparo un bautizo de arena o de confeti; creo que me enamoré sólo porque el escarabajo tenía un caparazón tan duro que aunque lo arreé no lo pude matar, y entonces tú dijiste que era más bonito si lo liberábamos, esas pequeñas cosas. Porque era joven y desesperada. Aquella noche nos reímos tanto que me dolían las orejas de lo frías que estaban, quería cogerte de las manos y gritarte verdades, como si nada. A veces tiemblo y es tarde, no tengo sueño, o sí pero no ganas de perder el tiempo, y mis pies parecen de algodón. Me hace pensar en las rutinas, las mandarinas, el chocolate a medianoche. Porque he cambiado pero no tanto, sigo siendo el caos. A esas horas es como si no quedara luz (tan tarde, alguien se la habrá llevado) y entonces no queda más que los hilos de colores, darle vueltas al mandala, que me digas que soy suave.

Que en realidad ya es bastante.

viernes, 27 de noviembre de 2009

it's not easy to erase your blood

Podría pasarme la noche borrando los rastros de sangre de la pared, despegar los dientes de la almohada y exorcizar en ella cada una de mis obsesiones cuchillo en mano, con los ojos vendados y un orgasmo en el café. Podría esperar aquí sentada, golpear la ventana hasta desempañarla, ser mortífera y mortal como las horas, desgarrar el espejo con mis mejores cartas. Podría también otras cosas como arrastrarme por el suelo, gritarme hasta el alba con los labios vino tinto y, joder, morderte la conciencia, romperme la voz. Dejar de acostarme a la desesperada; ser capaz de dormir sin pensar en la muerte.

domingo, 22 de noviembre de 2009

do you want it?

Descubro de repente que me ando desaprendiendo con los años; poco a poco he olvidado la forma de no hablar con los ojos cada vez que me vacías, y juego con esta lengua, que es la mía y no lo es, para fabricar puentes de palabras, para verte, para no verte a tientas, para no buscarte, para no encontrarte. A veces salía a la calle con los ojos casi cerrados, con la niebla entre los puños, y un rato más tarde me llovía, me nevaba, me volvía poesía. Escribo para no rodearme de delirios y no asfixiarme con imágenes que me buscan, me atrapan, ojalá mis dedos no fueran mis dedos y pudiera pintarte la cara de colores sin complejos, embadurnarte, cubrirte las manos de arena, pisarte descalza como pisan los dioses, llevar guirnaldas en el pelo y atacarte, atarte y atacarte siempre así, atávica, lejana.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Imperativo

Nada de lo que he dicho me ha salvado la vida, nada de lo que he escrito. Cada uno de los días, de los minutos que me has dado fiebre van a pasar y mi sangre, algún día, pesará como los años, como los amigos perdidos, como las promesas ligeras, los libros que no has besado, los labios que no has leído, el granizo encarnizado, la lucha por sobrevivir empieza hoy; recuérdalo, recuerda siempre esta vida (y la tinta, mis manos), todo lo que le dimos, las veces que dijimos: hoy seremos más.

jueves, 12 de noviembre de 2009

that's all, I don't think of you that often.

Así que me tambaleo; físicamente y no metafórica. Será de los rusos blancos, la Rússia blanca (ens preparen un nou món); hoy he soñado que nevaba. Y fíjate, llueve y hoy he dormido en el cojín derecho aunque ahora esté a la izquierda, que está chafado por todas partes, y he fumado porque me apetecía, así, llanamente. Notre-Dame es como un espectro siempre presente, no allá donde mires, pero sí cuando mires, tan blanco que reluce en el blanco de los ojos cuando apartas la vista, cuando se la queda el río. El frío es cada vez peor, dicen; yo creo que mi abrigo no abriga demasiado y pronto tendré que cubrirme las orejas, las manos, la nariz y el corazón porque esta ciudad te deja ciego de tanta belleza, y tonto de tanto decorar la razón.


sábado, 7 de noviembre de 2009

lo complicado de lo simple

Imprescindible atravesar el tiempo y el espacio. Los días que no estaba no sabía dónde verme; colgarme del techo y dejarme la piel en las cortinas. Cada noche muerdo las nubes antes de acostarme, cada noche pienso en nada; y después digiero las nubes porque es lo necesario ahora que estoy tan delgada que se me llevaría el viento desde el puente de Bir-Hakeim. Decido que ahora que no me reconozco en los espejos voy a comer mucho y mucho de todo, y queso y chocolate, que a mí lo de desaparecer nunca me ha hecho mucha gracia. Mi ventana no despierta bajo el cielo de París, está empañada, y yo querría darle la vuelta a este día de lluvia esporádica, a este clima impertinente que intercambia sol con paraguas como quien chasquea los dedos.

Pero Vaugirard brilla de forma tan extraña esta noche de cinco de la tarde; hay miradas en los coches y veneno en las miradas: una monja recorre con los dedos las cuentas de un rosario y me observa; yo hace días que he perdido la cuenta de las horas que hace que el reloj no avanza. La ciudad se diría la misma, aunque no lo es, y la lluvia parece borrar cada una de nuestras huellas. Es la primera vez que oigo la voz de la chica de los tacones; no entiendo lo que dice, pero va a desgarrarse el alma. Mátame tres veces y a la tercera diré no, espera y no te vayas, soy tan así que no sé cuándo dejar de huir ni cuándo quedarme, y dejo que mis venas me guíen por los mapas que escribí, cuando escribir estaba en mis venas todavía. En mi cabeza las palabras, los colores, las entrañas, tienden a pensar que aunque mi vida es más que todo esto las ciudades con río me van a matar. Hace tanto frío en el Sena... Y al fin y al cabo hay tantas cosas en el aire: un mar de formas inconcretas, un rasguño, una metáfora, cientos de segundos dormidos (o cien versos que quisiera creer míos) y la certeza de saber que nunca voy a entender nada si no lo entiendo demasiado, porque tengo los sentidos al revés, a Dios gracias.


viernes, 16 de octubre de 2009

Brainstorming

París tiene los dientes fríos y la mirada hambrienta.

Y en días como éstos me iría fácilmente a un bistrot del puerto de Marsella, como si no fuera la primera vez, como si me supiera de memoria todos tus guiños.

lunes, 12 de octubre de 2009

fear's a powerful thing

Siento no poder mezclar tu vida como querría hacer con la mía, haberte fallado en tantas cosas, llorar pero sólo cuando no estás, porque te siento tan cerca, pero me voy me voy me voy como siempre, como el primer día, como la ira y los pinchazos. Como si no me echaras de menos, que sí, como si no te quisiera, que claro; y a veces no nos damos cuenta de cosas que son tan claras, como de qué haría sin ti y de que tengo algo de miedo, pero que estoy bien aquí, tan bien como allí, o que de vez en cuando no, de vez en cuando no estoy muy bien aquí, pero es un tan no muy bien como allí. Ésta es tu música y tus pasos y tu voz; seremos esto, seremos tres días y volverá la nada, me helará las venas. Puedo afirmar que a veces la nada es suficiente, claro, pero por si acaso la guardaré en el bolsillo de las mentiras, yo que nunca miento y que tengo las manos tan frías. Así que de repente, en un instante, vuelven todas mis despedidas, el temblor de todos los adioses de mi vida. Así; así, de lejos me acerco y de cerca me alejo; y al próximo que me diga que no sé lo que quiero le partiré las piernas o le morderé la voz. En el fondo es cierto, esta torre es preciosa, y por lo que a mí respecta, hace mucho que sé cómo hay que tratar al miedo, y demasiado poco tiempo que sé que siempre he sido yo.

What if what you do to survive kills the things you love?


domingo, 4 de octubre de 2009

it's all the streets you crossed, not so long ago

Mi vida en prosa entre callejuelas de otros años y otros días; los dibujos de tiza ligera, diez años menos, otra forma de contar historias; sobre todo de entenderlas. Tenía el pelo igual de largo y una libreta forrada con migrañas, más ilusión y menos días, y nadie solía entender por qué entendía lo que entendía. La tiza y la lástima, pensar que estaba ahí pero podía irse ya, ahora mismo, tan fácil como cuatro gotas cayendo desde el cielo del quartier o de un tejado abuhardillado, tan fácil como el señor al que pagan para frotar y frotar el suelo con una escoba o una manguera o cualquier utensilio similar. Tan fácil como eso y en el fondo quién te dice a ti que vas a durar más que un dibujo, que no te irás borrando poco a poco como se difuminan los colores entre ellos, como se van comiendo, lamiendo los bordes, con insistencia hasta que no se reconocen. Y años después ahí está la prueba, ahí la tienes; años después, ¿vos también sos de tiza?
***
Un día decidimos que podíamos mirarnos sin pensar en otoños y relámpagos de luz y quisimos demostrarlo, aunque a veces no hay manera de dejarse el alma en la lucha, de borrar las palabras a golpe de cincel. Me acuerdo sólo de dos lluvias, una viva y otra menos pero en las mismas calles (no las de ahora sino las de siempre); una ciudad que no era pero parecía italiana, otra gente, otro candor, el puerto el mar o la muralla, correr por las esquinas, las mañanas, las mañanas sin noches, las noches sin mañana, éramos sombras y nos encantaba, perseguirse en los reflejos es mejor que nada, o eso dicen, o eso digo yo cuando no sé qué más decir, cuando no me escondo de las miradas, cuando aseguro que no hay vacío, que no importa la tiza, que hay que agarrarse al agua aunque la corriente nos arrastre, que siempre y hasta que nos erosione los dientes habrá que dejarse llevar.


viernes, 25 de septiembre de 2009

París

Es como si de mí se esperara algo tan maravilloso como la ciudad, letras que sean París y que brillen como el sol tras mi nueva ventana, algo así como mi vida en prosa; por eso hace días que no escribo, por eso no sé qué decir cuando veo retazos de la Maga en una esquina. Así que como lo subjetivo se me escapa por demasiado fuerte, sólo me queda describirlo con pedazos de objetividad, como que me estoy acostumbrando al aroma de la vainilla, de la pizza al atardecer, al olor extraño de la mesa de madera, a paredes desconchadas, al espejo de cada mañana, que cada cada mañana me dice que hoy es otra mañana, que cada una es un regalo aunque sea tópico decirlo y me dé repelús tanto romanticismo. Y como hay cosas que nunca cambian, escribo sin gafas porque me he olvidado de cogerlas, entre tantas otras cosas, como aquel día que me olvidé un poco de quién era o las veces que he olvidado cómo olvidar.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Bonjour

Yo sé que me muevo como el mar, que tengo las manos frías como algas; y a veces es tan fácil como decir, dios mío (dios mío no creo en ti), esto es tan raro, mi vida no cabe en una maleta, pero y si sí, y si las cosas que me quedan penden de un hilo y de una báscula que dice veinte quilos, ni uno más. Así que soy como la marea y digo por favor, quédate esta noche, que las demás me dan igual, pero no ésta, no hoy que tengo ante mí una ciudad y una vida que empiezan; y como me duele todo el cuerpo, pero sobre todo las venas, sé que no, que toda mi sangre no cabe en una maleta, y respiro más tranquila, pero me duele algo que aún no sé, y me cura París.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Flash

Los inviernos enseñan a no creer en los semáforos ni en los hombres del tiempo, ni en las chicas demasiado bonitas. Yo me guardo en el bolsillo un trozo de costilla y medio latido; sé que esto ya ha pasado alguna vez, así que no me columpio ni me desmayo en público mientras duren los relámpagos. Algo que no todos pueden decir: soy tan real que siempre tiritaré por las mismas cosas. Mi sangre ya la limpiaré, que aquí no pasa nada, y es que conozco la canción perfecta para encenderte los ojos, pero en un hueco de la almohada guardo un as y una navaja, para quedar en tablas si hace falta.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Ante todo, sinceridad

Tengo una luz en el espejo que no sé de dónde sale, y los labios rosas de leer poesía. Cosas que no ocurren cada día, como enamorarse de un barrio con nombre de cementerio o de una chica con nombre de canción. Pero hay burbujitas en el aire, la luna es un queso enorme (de los que sí me gustan) y en el río todo ha cambiado tanto. Así que me imagino un paraguas, jazz, otro río más frío y menos mío et qu'est-ce qu'il faut dire. Con los años he perdido imaginación y he ganado septiembres; anoche gané años, y fiebre también. Pero oye, espera, que hay cosas que con los años no cambian; como pensar en Florencia o quemar el pasado con los ojos bien abiertos, y una foto una sonrisa, o dos colores que te hagan temblar. Y tú despiértame si hace falta, sólo te morderé el pelo y amarrándote las manos te diré, soy tan fuerte, soy tan tú; y ya llevo veintiún recuerdos con hielo a mis espaldas.

miércoles, 26 de agosto de 2009

ouch.

Aquí tienes mis huesos, mi sangre, el tacto de mi piel, las notas de un piano. Hoy soy como la ficha azul de un tablero de parchís, la ficha que avanza y adelanta pero sabe que en cualquier momento alguien se la puede comer y fin del juego. Si supiera pintar lo colorearía todo, porque hace ya tiempo que las palabras me dan la espalda y a veces me da miedo que me acosen las imágenes. Como la música rebotando en los canales o un primer plano de cada una de las caras de mi vida. Como cuando una catedral enorme y vacía me hace temblar; tanta fe echada a perder. La muerte existe, el absurdo existe, pero el futuro también. Cualquier tiempo pasado existió. Y el futuro llora, porque el pasado le ha contado que un hombre intentó cambiar el mundo y no sobrevivió. Respirar por respirar, porque los órganos están ahí por algo y habrá que usarlos, si no qué. Respirar por respirar y aquí todos somos de plástico, de cartón, de carne trémula. Que nos fundimos por la noche, decidimos no volver pero lo haremos, porque cada día se hace de día, cada día. Entonces la suerte está echada y volvemos a las calles a las que llaman ciertas, nos deshacemos de las fuerzas, de la espuma, de todo lo que nos abrasa la sangre. Fotogramas a cámara lenta, fundido en negro. Y ella está tan fría, congelada, siempre como del otro lado, fiera, afilada. Le diría que venga conmigo, que estaré siempre ahí, pero no voy a mentirle y yo sólo me voy para ser mía; para dejarme el alma y los dientes en el filo del camino. Como tantas otras veces, y recordar sólo lo bueno, aprender a echar de menos. Yo era la niña que quería mandar postales de colores desde mil ciudades diferentes, llenarte la casa de fotos preciosas, pero ya no sé: escribirte es escribir a un pedazo de mí que se dejó extraviar en algún puerto; y como pedazos ya no me quedan, las palabras no las puedo perder.


viernes, 14 de agosto de 2009

Rodajas de naranja

Todo lo que ves es materia inexacta. Eso como apunte, porque, precisamente por ser cierto, saberlo no cambia nada.

Si tuviera un gato lo llamaría Isósceles; y si fuera blanco, Mascarpone. Como no tengo ninguno ni es mi intención, me pinto el pelo con chocolate y hago planes imaginarios con los labios casi fucsias. Me gusta la ciudad desnuda, el café a deshoras, fingir entender un idioma que no hablo, y tengo un reto: pensar en una imagen más tierna que un autobús lleno de globos. A la pequeña burguesa no declarada le daría mucho pastel de nata, para que nunca le faltara de nada. Pero yo siempre he sido más de amor anarquista impresionista vanguardista, así que a ti contigo nosotros nos morderíamos los ojos antes de acostarnos, y la luna detrás del cristal como rodaja de naranja pensaría que no está mal, no, eso de dejarse el intento en la vida.

sábado, 8 de agosto de 2009

Prémonition

París país cubierto
de ojos de hojalata
me enamoraré
de un puente cualquiera
lo sé
veré
en el falso cristal de la Seine
el cielo y un par
de recuerdos con hielo
las miradas son frías y como de papel
y brillamos tanto
los muchachos
como de lejos
tiemblan
y observan
cada vez más cerca
no sabrán nunca pronunciar mi nombre
ni el de mi ciudad.

jueves, 6 de agosto de 2009

Manual de instrucciones

Siempre que me muera dame un ruido y respírame lento, atraviesa el sueño, píntame con los días el pelo. Cada vez que me creas dormida recupérame el pulso; hoy que visto de coral, hoy el color que llena mis papeles es el nácar invencible de los años, el humo los gritos la magia, en mis ojos los rayos, las lunas doradas, el rastro de todo lo demás.

viernes, 31 de julio de 2009

Rincones de la ciudad fantasma

Como aquella plaza, mercado improvisado entre artesanos y guiris pijos, con el colofón de cinco o seis reductos de tíos tirados en el suelo, en los bancos, recostados en portales y escaparates. La cara cubierta de mugre, la piel aparentemente morena, pero no del sol; y el humo tan adentro que me apostaría algo a que no saben si es lo que tienen en la boca o es que ya viven en el humo. Ahí, preparándose un pico frente a las ruinas romanas que, en realidad, son sarcófagos; fumando crack frente a las tumbas que quizá fueron de patricios, de niños mimados que pagaron un dineral por dormir el sueño eterno allí, para acabar detrás de un cristal financiado por el ayuntamiento después de años de intentar que nadie se implicara y se pudiera echar abajo, porque claro, a quién va a gustarle esto cuando podría haber pisos. Y ahora llegan dos más con un perro que se rasca, las pulgas no perdonan, y dos porros más, y la voz desgastada, las manos que tiemblan, el estado hipnótico, y las tumbas que miran, que observan, tampoco perdonan, que no dicen nada desde hace tantos años, que siguen ahí calladas y lo han visto todo, y desde ahí ven la vida, ven la muerte, ven cómo los vivos se matan uno a uno. Y un chute que sube y un yonqui que se ríe, y a carcajadas, porque oye, dice, yo estaré muerto pero por lo menos habré vivido, entre tumbas, mierda y humo pero por lo menos, por lo menos no me paseo en vestidos de diseñador comparando collares de plata con la mirada muerta, y vuelve a reírse, no tiene dientes y en realidad no tiene nada, pero se ríe. Nunca la vida y la muerte habían estado tan juntas, o sí, o quizá mejor sería decir que la vida y la muerte, aquí, en esta ciudad que lo ha visto todo y no sabe nada, en este país que lo ha visto todo y no sabe nada, en este mundo que... aquí, aquí siempre han estado juntas, a uno o dos gramos de distancia, o vete tú a saber.

lunes, 27 de julio de 2009

Moraleja

La niña tenía dos ojos y a medianoche hay algo que dice a las miradas que tienen que ser más finas, como las agujas o un collar de fotones. El detergente azul y blanco (tantos tonos de azul, ah, ¡tantos!) es tan apetecible que tiene que estar hecho expresamente, un fabricante de detergente tiene que ganarse la vida pero puede ponerle imaginación, y así claro que surge: mira, lo haremos así, todos querrán comérselo y diremos, así podremos decir. Niña no lo toques, niña, sé buena niña, niña. Es añil y nacarado, es capsulitas de mar (saladito saladito), pero si no eres buena niña, niña, se te licuará el cerebro, se te pudrirán los ojos.

jueves, 23 de julio de 2009

Around the world

Llevaba tanto tiempo sin soñar contigo que creo que he olvidado cómo hacerlo; y ahí frente al cristal, un autobús, el banco donde vi otro ángulo de tu mirada, el olor rancio de las despedidas como el humo por despecho, no digas que no, no digas que qué fuego, que fuego no; hay fuegos como catedrales, incendios y no digas que no, que incendios no, que deambulas y me miras y las chispas son sólo de mentira, que no que no que no. Tenías mis pulmones en las manos y decías ah hostia, qué sorpresa, parecían de otro color; yo me pinté el pelo, las uñas y la vida. Las chispas, los incendios, dan la vuelta al mundo pero siempre están ahí, en inglés, alemán o esperanto (te arrancaré poco a poco los dientes). Cuando acabemos la guerra, nos iremos sin decir nada -te mataría si no faltaran palabras- y tan amigos, vaya.

viernes, 17 de julio de 2009

ground control to Major Tom

Dijo, ah, no dejes de respirar que los tiempos está-an cambiando, y ladeó la cabeza como si no se lo creyera, ya sabes, esas cosas que se permitía decir sólo porque se parecía un poco a Dylan. Como el tiempo mordía y el verano también, las horas caían entre luces y cristales, y la ciudad estaba tan quieta que daba miedo. Hay un resto de tu sombra en mi cajón, pensaste, y el hombre campa a sus anchas por la luna, ven conmigo, veremos a Kubrick, puede que le pongamos un nombre a cada cráter. Como si creyeras que no iba a decir que no, que eso era todo, pero pobre, en realidad eso es lo de menos y hay un par de cosas que deberías saber: vestir de negro no nos va a salvar, no, ni fumar a escondidas, ni beber cerveza con sal. En el mar también hay luna, más oscura, siempre turbia, y prefiero -no, no es que prefiera, es que no puedo evitar- hundirme en ella. Y lo más importante: las grandes estrellas del rock han muerto y algún día lo harás tú -sí, lo siento- y sin vida, my darling, no me sirves; sólo me sirve la música.



Dicen que ayer, 16 de julio, pero en 1969, despegó el Apolo 11.

sábado, 4 de julio de 2009

it's another tequila sunrise

Deshago las articulaciones del tiempo y cada noche parece la noche de mi vida. Tienes las manos descalzas, la mirada desnuda y una vez un aprendiz de genio te regaló una caja de bolsitas de té; es tan vívido como el sabor de la sidra en vasos de plástico. Tiemblo como una niña inocente, inconsciente, como la que nunca he sido, y caminar hacia atrás me parece perfecto, brillante, irreal. Dudo un segundo y la duda me lleva al día en un lugar distinto; busco mi casa desde la otra orilla del río, que allí es más salvaje, amenazante, y me da escalofríos ver que la frontera es real, que a un lado hay sol y al otro nubes negras; que sólo los coches cruzan el puente, porque quién querría ir ahora a esa tierra extranjera, a ese sitio del que nadie vuelve jamás porque nadie va jamás. Y tienes la fuerza de la madrugada en las entrañas, las venas revueltas, los ojos cansados y los brazos llenos de cicatrices efímeras de cabecear en el metro. Sabes que sabes quién eres, que lo sabes muy bien. Piensas que quizá por primera vez, pero seguramente no. Y me muero por llegar al otro lado, por ver qué hay más allá, o ver más allá en lo que ya he visto: porque las madrugadas sin dormir son tan de colores. El tequila ha sido rojo y naranja, el césped es verde, el cielo es de un azul imponente. Y cruzo el puente, porque aún tengo sed y ganas de silbar (aunque no me salga bien), cantar y saltar y correr hacia atrás, y porque no podía ser de otra manera. Y es que también sabes otra cosa, lo más importante: Tú cruzas; tú siempre cruzas.

I'm not afraid to get it right
I turn around and I give it one more try

sábado, 27 de junio de 2009

Acuérdate

(tú o quien sea)
de las noches que pasamos imitando temblores.

martes, 23 de junio de 2009

all things go, all things go

Teníamos espejos en los ojos
y nos mirábamos despacio,
como quien busca
canciones
en un yo de épocas pasadas.
Entre las noches desiertas,
botellas
y huellas en la arena
que empezaban a ver mundo
a deshojar recuerdos
como extraños con vidas paralelas
nos rociábamos la piel
de sal e historias ciertas;
el hábito hace al ateo y la
revolución
podía ser sólo de pensamiento,
pero era.
Aprendí
de ella el tequila y la grosella,
un par de autores nuevos
y mucho, mucho más;
de otros la cerveza,
las luces tibias, las barcas muertas
y la cálida rutina
de tapicería rasgada,
de saber qué toman todos
y cada cuándo
y cuánto.
Las ganas terribles de lo eterno,
el precio
del fin de semana y los
himnos a voz quebrada.
Después,
un diluirse extraño de las palabras
como si ya no hiciera falta
hablar para contarse nada
para decir
que los que ya no están siempre irán conmigo,
que nosotros
seguimos aquí en las mismas playas,
nos entendemos más que nunca y
que nuestras noches
que nuestra vida
así, entera,
como una broma macabra
hoy
se tambalea.

*****

Gracias, mil gracias a Vetusta Morla y Christina Rosenvinge por esta versión; y a Luis García Montero por el increíble poema Nuestra noche (vale muchísimo la pena leerlo entero...).

domingo, 21 de junio de 2009

summer in the city

El verano anuncia su llegada a golpe de orquesta, de canciones de verbena y de voz de cantante con acento peculiar al que no entiendo cuando habla (en serio, ¿es catalán o castellano?, ¿por qué suena a inglés?). Cada año los mismos dudosos himnos generacionales que, claro, hay que escuchar con las ventanas abiertas porque hace demasiado calor. Como aquel junio en que decían que había que estudiar mucho muchísimo, y acabé refugiada en la sala infantil de una biblioteca fingiendo que subrayaba con fluorescentes. O como cuando empezó a ser optimista ver las luces de colores en la plaza aunque las sevillanas no me dejaran dormir, porque significaba que se acababa el curso. Este año estamos en crisis y no hay luces, sólo adornos azules de papel, o eso creo ver desde el balcón; y no sé si ha habido sevillanas, pero los habituales se lo pasan igual de bien. Hoy Paquito el chocolatero ha estado a punto de sonar dos veces, y de madrugada he tenido que matar una araña con la bota porque campaba a sus anchas por mi habitación.

Esta marca concreta de zumo de naranja me recuerda increíblemente a mi infancia en una mesa que aún sigue allí; esos años en que el zumo era natural, exprimido, y tenían que ponerme mucha miel, más, más miel, porque siempre me parecía ácido y además odiaba la pulpa. Me he puesto a tocar el piano porque sí y ha salido una melodía sorprendentemente agradable, hasta que me he dado cuenta de que estaba demasiado basada en algo. Así que he decidido, simplemente, seguir cantando mientras cocía raviolis. La pasta no ha salido mal, y seguro que mis canciones eran más originales que las de la calle.

Summer in the city means cleavage, cleavage, cleavage
And I start to miss you, baby, sometimes
I've been staying up and drinking in a late establishment
Telling strangers personal things



miércoles, 17 de junio de 2009

Clic

La clave de la complicidad puede ser, al fin, un simple encabalgamiento de palabras; un encuentro casual en el espacio y el tiempo; un gesto común; un cruce fortuito de miradas. Hay una chispa inconsciente, un instante fugaz que devuelve el pensamiento a un lugar ajeno y al placer nostálgico de encontrarse en otros.

Tan fácil como un resorte que hace clic sin preámbulos; que al activarse se transforma en comunión atávica, en forma de brillo en los ojos o de carcajada. Y a veces, sólo a veces, el hechizo se repite y se fortalece tanto que uno termina por olvidarse de la descarga inicial, se acostumbra a la corriente en un circuito cerrado; la siente día a día, eterna, y poco a poco, va dando por sentado que es así y que así es porque no podría ser de ninguna otra forma.

Pero lo que nadie sabe (o muchos, que para el caso es lo mismo) es que esa chispa, al apagarse, como la ceniza que se desprende de la última colilla, o como tantas otras cosas en la vida, se desvanece y ya está; queda el rastro, quedan las manchas, pero ya está; el brillo se pierde en recovecos y ya no hay más.

Nada
más,
hasta el próximo que encendamos.
Por eso vamos buscando fuegos; por eso siempre llevo mechero.

viernes, 12 de junio de 2009

there is no love here and there is no pain

Faig uns horaris tan estranys que he dinat a les sis, i tota la nit que sembla que és de dia. Treballar massa em torçarà els nervis, però diuen que ajuda a no pensar gaire, i en general ja hi ha prou coses que millor que no rondin pel cap. Mentrestant vaig tirant a base de cafeïna i de substàncies similars; no sé què faré quan m'acabi el te autòcton: crec que serà com empassar-me una part de mi. I el noi de la fila del davant coneix tan bé la seva amiga (amiga i prou) que només li cal un "relájate" en veu baixa per evitar que es torni boja.

Jo m'emprenyo quan els endolls van massa durs i m'he de passar un minut de rellotge connectant-los; quan la coherència no em respon i només hi veig en abstracte o quan penso que m'he de llevar ben d'hora perquè un senyor que no sap qui sóc (ni ho sabrà mai, perquè ni a mi ni a ell ens interessa) em doni un paper que confirma que visc a casa meva. Però és que tot és tan surrealista; la noia del meu somni, tan maca que tot i no plorar es tapava la boca com si ho fes, que tremolava asseguda al terra en una habitació boirosa com de pel·lícula de Buñuel; i l'ell anònim que venia, la mirava amb un petó aquàtic i marxava...


lunes, 8 de junio de 2009

Mañana

Mañana (o pasado) voy a teñirme las venas de arco iris.

jueves, 4 de junio de 2009

Tal dia com avui

o la ironía de huir sin quererlo.

Lo siento como si. Pero a estas alturas no importa; siento tantas cosas que. Miro atrás y me detengo porque quizá.

Pero nada. Así que finjo que la punzada es postiza y pienso que, no sé por qué, me recuerdas a cerezas; que es tarde para eso y para lo demás, y que hace días que quiero decorar mi habitación, comprar unas cuantas flores y dejar de preocuparme por el ruido del ventilador. Y estas últimas tres proposiciones me parecen considerablemente aceptables, pero el resto, como siempre, no.


miércoles, 3 de junio de 2009

Coses que passen (de vegades)

De vegades necessito un punt de contacte, una estrella (pequeñita pero firme). De vegades un incendi en algun punt minúscul de la pell és més intens que les matinades d'un any sencer, o per casualitat em cauen les coses de les mans simplement perquè no les agafo prou bé.

De vegades, força literalment però també de manera literària, em torno relativament boja, amb una bogeria d'aquelles que surten als llibres i que tothom troba maques, i pensa amb admiració "oh, diuen que els genis són bojos". M'embruto les mans amb pintura que no veig, i les finestres esclafen els vidres; llavors tot és pols, tot és sorra i quitrà, alguna corba infinita de l'espai forma de cop un angle recte i la continuïtat del temps queda interrompuda més enllà de l'infinit. I és com si tingués son però alhora em desperto, obro els ulls amb una força que no és l'habitual, i aleshores, aleshores ja no sé què més dir per explicar-ho, només que m'aturo i els nervis se'm desvetllen per maleir i desafiar tanta fressa, tantes llums, per acceptar i comprendre amb sang renovada el moviment histèric de la lluna esverada, el so de les busques del rellotge, la fosca claror de l'ambigüitat...

lunes, 1 de junio de 2009

Pastissos de paper i altres ficcions

Diríem cinc paraules de plàstic amb els llavis al bany maria i tornaríem a saber que tot és qüestió de fregar els plats amb una esponja de mar, de somiar amb un pot de nit blava i un veler d'escuradents cap per avall; qüestió d'auscultar-nos sempre amb els ulls de xocolata, d'espiar-nos volcànics, d'amagar instruments de corda rere les cortines i a dins dels gots de taronjada.

domingo, 31 de mayo de 2009

Remedios

[...]
-Y tú, cuando sientes ese vacío, ¿qué haces?

Pensé que nada cambia demasiado, que yo sigo viviendo en lo de siempre: libros, música y algunas películas; bebo más de lo que debería y escribo peor de lo que quisiera, busco el reflejo de la luna en las olas y, aunque sea tópico, me dejo arrastrar por las estrellas y por las luces de la ciudad. Y entonces, sólo en algunas ocasiones, siento de repente que si el vacío es esta nada inalcanzable, en realidad nuestra vida está llena hasta los bordes.

Eso bastaría como respuesta, si no fuera porque a veces no es un vacío lo que te ahoga; es algo mucho peor.

miércoles, 27 de mayo de 2009

27 de maig

Las calles de siempre. La gente de siempre sentada en los mismos bancos, los mismos brazos al aire, un sol radiante; camioneros descargando cajas de cerveza, un perro labrador blanquísimo que saca la lengua, hombres de negocios maletín en mano, muchachas con la cartera colgando, un profesor algo canoso que las pone nerviosas sólo con pasar. Una tienda de bocatas en cadena y sí, la Diagonal que no interrumpe nunca su ir y venir de locales y visitantes, su condición de vena y arteria de la ciudad jamás durmiente.
Pero hoy algo huele diferente, no sé, hay algo electrizante en el aire; lo llaman expectativa, o ansiedad, pero de la positiva, de la de quien sabe que se juega algo importante, pero que si lo pierde no pasa nada, porque sólo en jugárselo ya ha ganado más de lo que cabía esperar. Carteles por todas partes anunciando la hora, por si alguien aún no la supiera, letras de colores, gente que grita más de lo normal, camisetas que algunos ya ni sabían que tenían (incluso una de Cruyff de los años setenta)... y un ambiente generalizado; las radios no hablan de otra cosa, las teles ya no saben cuántos programas extraordinarios dar. Y no sé qué va a pasar hoy; me gustaría, claro, que para una vez que esta ciudad (y este país) se pone de acuerdo en algo y lo siente de verdad, esa comunión sirviera para algo; y que esta noche estalláramos, que vibráramos con dos colores que, sacados de contexto, podrían haber combinado realmente mal, pero que así son algo más que dos pigmentos. Sé que hace un par de días soñé que perdíamos, Eto'o empataba y acabábamos llevándonos la tercera a casa. Y recuerdo el gol. También sé que es bastante la gente que habla mal del fútbol, y en realidad yo solía pensar algo parecido a lo que piensan ellos: no tiene importancia.
Y no, no la tiene, en absoluto. Y no debe convertirse en una cortina de humo, en eso estamos de acuerdo. Pero si algo puede unir así a la gente y hacer que existan días como éste; si algo puede hacer disfrutar a los que sufren malos tiempos, que no son pocos; si algo puede hacernos pensar más en nuestras similitudes que en nuestras diferencias, no sé ellos, pero yo firmo.

lunes, 25 de mayo de 2009

Fragmentos de un vals nocturno

Fases REM fragmentadas y dar vueltas entre estas sábanas porque la almohada adopta esa textura de masa pegajosa, la de cada verano (aunque todavía sea mayo), la que parece que haga que crezcan telarañas entre el pelo cuando por fin me precipito en el sueño. Y veo a alguien que se parece a ti en un cuerpo que no es el tuyo, vidas entrecruzadas, un montón de libros viejos y papeles que arranqué de una libreta, quizá por casualidad, quizá por menosprecio, pero sobre todo por fingir que no eran para ti; y partituras desordenadas, apuntes gastados, una mirada fija virtual, tus manos que no son tus manos temblando; hablas de nombres de gente que no existe, los repites como si fueran a salvarte, los encadenas como un conjuro secreto y luego te detienes, ahora sí me miras de verdad, me clavas unos ojos que sí son los tuyos y, de lejos, susurras que lo sientes, que no. Que no, y querrías decir algo más, pero la voz no te responde, y desearías que ese "no" no fuera un "no", porque en realidad no lo es por decisión propia, es sólo que ya no puedes seguir revolviendo papeles que huelan a mí. Que hacerlo dolería demasiado. Y no lo dices, pero lo entiendo mejor que nadie. Y entonces, yo me retiro como los púgiles, no por cansancio, sino por respeto.

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En mi cabeza suena esta canción,

pero hay que mencionar que es una adaptación de este (gran) poema.

Take this waltz, it's been dying for years.

domingo, 24 de mayo de 2009

sometimes in the morning

"Por estas cosas quiero irme, por estas cosas huyo noche sí y noche también. Se apagan las farolas a mi paso, y no es una metáfora ni una canción de hip hop aunque lo parezca, es una verídica e inoportuna casualidad; y cuando ya he pasado vuelven a encenderse, maldita sea, qué mierda de ciudad. Hay algo que dice que no debería estar aquí, en estas calles, hay algo que falla en todo esto y no sé. Como llegar a casa, ver la tele encendida y decir "eso es Scarface, ¿no?" y que una voz condescendiente responda "no, es El precio del poder". Algo equivocado en mi vida, una pieza que no acaba de encajar en el puzzle humano."

[marzo de 2009]

Marcharse, marcharse. Marcharse no siempre es huir; yo no huyo, busco más, confío en paladear lo diferente. Porque ignoras que el aire de cada ciudad sabe diferente hasta que lo pruebas; no sabes que el color del cielo no es igual en dos lugares distintos, ni que la gente no tiene el mismo caminar. Y eso hay que sentirlo por lo menos una vez en la vida; el problema es que cuando empiezas no puedes parar.

Y aun así, a veces marcharse parece que inconscientemente es algo más; que cualquier puto lugar del mundo sería mejor que esta ciudad absurda y que este desasosiego, esta impotencia de mierda; pero lo que tú no sabes es que no es de eso de lo que hay que huir, que es inútil; porque lo que de verdad hiela los huesos, lo que corroe las entrañas y se agarra a la garganta nunca, jamás viene de fuera: está dentro, siempre está dentro aunque a veces se oculte en un rincón. Y de eso, amigo, no se aleja uno tan fácilmente, de eso no hay quien huya: eso te persigue, te da caza día a día, y se queda contigo toda la vida.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Norte

Una vez fui violeta;
tú eras siempre boreal.

lunes, 18 de mayo de 2009

astromántica (I)

Hasta los jirones
del asalto
hay que romper los pinceles
hay que dejarse la piel
fuera, más allá
dejarse largas las entrañas
besar sin pestañear
hay ventanas que no dan
al horizonte ni al mar
pero la vida sigue igual
con asfalto, con matices
tocar madera
sentir
es aprender a caminar
virar con el viento
y apurar;
remendar tapices,
pintar con las manos,
rebañar palabras.

sábado, 16 de mayo de 2009

Mediterráneo

Tengo bajo los pies el mar, el agua que se marcha y vuelve, el reflujo de las olas, el vaivén indeciso de la terca marea, los espacios salados y las huellas a medio borrar. Es inexacto decir eso; sería más fiel decir que está ante mí; que el hecho de que la arena en que estoy sea más densa y esté más elevada no significa nada. Así que tengo el infinito ante mis manos, la luna de un naranja vivísimo en el cielo inmediato, y un triángulo perfecto otra vez; la arena y la sal en los pies y canciones en el pelo. Y dejo mis huellas en la arena casi sin querer, persiguiendo una ola (una hora) cualquiera con el fervor del alcohol en vena, con el desasosiego de quien no espera nada ni tiene nada que perder.

Veo la inmensidad eterna, la levedad del ser, la falta de razones sólidas: la ausencia de principios innegables. Si ni siquiera el mar permanece en su sitio, hay poco que yo pueda hacer para cambiar el mundo. [Me gustaría que ahora te fueras.] Y camino entre las barcas aunque haya pocas y aunque nadie pregunte y nadie aparezca de repente; camino aunque mis huellas estén solas y demasiado separadas y no importa; no importa porque en pocas horas estas mismas olas las habrán borrado, y no quedará rastro de mí en esta playa. En esta arena que es tan mía y es tan tuya, tan de todos, pero que ya no sabe prometer nada.

La luna, tan naranja como una mandarina, es más pálida a cada minuto, y precisamente hoy no dejaba de escuchar esta canción. Juro que es lo que siempre he pensado, que me da escalofríos y que no habría podido explicarlo mejor:

El sentido a una vida demasiado a la deriva,
el porqué de este escrito,
el patrón de mis cenizas;
el mar Mediterráneo.

[Facto Delafé y las Flores Azules - Mediterráneo]

viernes, 15 de mayo de 2009

Lost in expectation

Ya nadie regala caramelos hoy en día; nadie reparte chupa chups, nadie envía postales. Y son muy pocos los que escriben a mano o cuentan mentalmente, pero son más que los que observan el mundo como si hubieran nacido ayer. Yo he dejado de mandar felicitaciones personalizadas, de soltar no diré que tal y cual y decirlo igualmente porque sólo lo hago una vez al año. He dejado de escribir moñeces sobre la amistad porque ya no me las creo, de regalar bombones una vez al mes o de desear que las felicitaciones duren muchos años más. Lo he dejado como quien deja de fumar, y en el fondo he tardado demasiado.

No sé la edad que tendría cuando leí El cuervo entero por primera vez, pero ya era algo rarita y recuerdo que durante unos días quise llamarme Leonor. Claro que entonces yo no sabía que en realidad Leonor se llamaba Lenore, ni tampoco que una niña de sangre azul poco republicana le usurparía el nombre en este nuestro "estado" de la pandereta (el copyright de esta genialidad es de mi abuelo). El caso es que el ¡Nunca más! de Poe me marcó bastante aunque, no nos engañemos, era joven y se me pasó rápido. Pero ahora, años después, leo ese nevermore y parece un poema tan distinto que me entran escalofríos.

Esta serie me gusta tanto que se me olvida parpadear.
(es un poco electromagnética, la verdad)
Y entonces me pican y me duelen los ojos hasta que lloro, porque, seamos sinceros: esta noche es imposible no llorar.

lunes, 11 de mayo de 2009

Festes de Maig

Sé que no he nascut aquí però de vegades és com si fos casa meva.

I aquí, al costat de la via (jo que no sóc dona de trens, o potser sí), hi ha aigua i foc, un dimoni de mentida i consignes que no em fan gaire el pes. Mirem el cel com canvia de colors, la música que fa transicions poc dissimulades i que és la mateixa de cada any; però en el fons ens és igual, així és més acollidor, més com sempre. I m'agraden les llumetes dels vaixells en la distància, les flames que s'enlairen de mica en mica i van menjant-se la fusta, l'infern en miniatura, el dimoni que es va fonent i la fusta que cau i només deixa dempeus l'esquelet. L'última bafarada sanguinolenta que se'l menja del tot, les espurnes que s'enduu el vent i les brases tossudes que encara cremaran una bona estona, fins que tothom hagi fugit del lloc del crim, fins que no quedin mocadors verds, fins que la tele deixi de gravar.

I, you know, demà veurem Manel i serà ben a la vora del mar i del record d'una ciutat romana.

domingo, 10 de mayo de 2009

La insoportable levedad del ser o no ser

Soy
la parte más pequeña de la cuenta
el rastro de mirada
que se clava en el retrovisor
el rayo de luz enferma
que acaricia la mañana.

Soy la última carta
de la baraja,
ese maldito céntimo que no ganas
y un puñado de números impares
como el temblor que surca tus mejillas,
la mitad de tu pupila derecha
verde, gris o negra
y el octavo de un cuarto
de cada uno de mis pasos.
Pero
soy, y es justo
decir
que aunque mi ser es como todos
leve e insoportable,
el ser de mi ser
es más ser que no ser.

sábado, 9 de mayo de 2009

"mi Ciudad"

Fa dies que comença a ser estiu: els mosquits ja entren a casa i de mica en mica se'm va torrant lleugerament la pell, tot i que un fenomen estrany que no acabo d'entendre fa que tingui més fosc el braç dret que l'esquerre. La música em pot canviar el dia si sento Marlango des de la biblioteca perquè algú amb un criteri sorprenentment encertat n'ha endollat un CD a la plaça del campus. I em descol·loca, i penso en la immensitat d'aquests petits plaers i, no sé per què, en el que he somiat aquesta nit. Que no té gaire relació amb res, sinó que era la seqüela d'un somni que no és la primera vegada que tinc. Algú, un grup de gent que ni recordo qui era ni em preocupa especialment, em demanava que fes una mena de ruta turística per la meva ciutat, la ciutat gris, impersonal i aliena on vaig néixer però d'on mai m'he sentit, i jo els deia que érem a l'altra banda del riu, al barri més elegant, i que no n'havien de fer cas perquè aquesta zona no tenia res a veure amb la meva i la de la majoria dels mortals.

Passa que a l'altra banda del riu, en realitat, no hi ha cap barri similar, sinó que hi ha Barcelona. I que els barris en qüestió, a més, no són precisament benestants. Però al somni jo sabia perfectament per on em movia, les cases eren blanques, engalanades amb banderetes de colors, i fins i tot hi havia un edifici modernista (?). "La meva ciutat" no s'assembla gens a això, però un cop desperta he estat capaç de reproduir mentalment gran part del recorregut oníric. I llavors m'he adonat que no era el primer cop que visitava aquells carrers, però que només existien de nit, i gairebé sense saber-ho he recordat un Llibre amb majúscules i he sabut que, al final, tot lliga.


Entro sin saber cómo en mi ciudad, a veces otras noches

salgo a calles o casas y sé que no es mi ciudad,

mi ciudad la conozco por una expectativa agazapada,

algo que no es el miedo todavía pero tiene su forma y su perro y cuando es mi ciudad

sé que primero habrá el mercado con portales y con tiendas de frutas,

los rieles relucientes de un tranvía que se pierde hacia un rumbo

donde fui joven pero no en mi ciudad, un barrio como el Once en Buenos Aires, un olor a colegio,

paredones tranquilos y un blanco cenotafio, la calle Veinticuatro de Noviembre

quizás, donde no hay cenotafios pero está en mi ciudad cuando es su noche.

(...)

62, Modelo para armar - Julio Cortázar

martes, 5 de mayo de 2009

Spleen

Ahora empezaré a ahogarte con los dedos igual que con las palabras y preferiría que no gritaras; hay quien lleva meses gritando sin hablar y se acabó, se acabó el río y los paseos distraídos, las ganas de arreglar el mundo, las idas y venidas y la montaña rusa de papel mojado, los castillos de cartas y de arena fina, dejarse las uñas largas para arañarnos mejor. Se acabó tu verano, tu invierno y primavera; yo me marcho a mi otoño destemplado, a una calma áspera y hueca de las que dejan un vacío en los pulmones, a una calma spleen de las que aprendí con Baudelaire, turbia, brutal y desagradecida, pero calma al fin y al cabo.



Maybe I would have been something you'd be good at
(but now we'll never know)

[Tegan and Sara - Call it off]

sábado, 2 de mayo de 2009

Días azules

No saber dónde estás porque la noche se ha vuelto demasiado larga o no querer saberlo porque todo lo demás es demasiado corto, como esta vida y esta copa.

El resultado es el mismo: Mar y olas y playa y el pelo rojo enmarañado; las botas mojadas, cantar sobre las barcas y el olor de algo pasado, una mezcla de sal y días extraños. A veces sueño o escribo cosas premonitorias y ésta es una de ellas.

Ahora dicen que sólo puede escribirse sin acento y me parece terrible, porque no tiene nada que ver con solo y yo no tengo la culpa de que la gente no sepa escribir. No es lo mismo beber solo que beber, sólo. Llovía, aunque hoy ya no. Y hay tanto que no entiendo.


Dónde están los días y ese azul
(... );
ese azul nos va a matar.

[Iván Ferreiro - Días azules]

domingo, 26 de abril de 2009

Axioma

Tengo que marcharme para dejar de recordar veranos.

jueves, 23 de abril de 2009

Víspera

Sé que a estas horas debería estar durmiendo con las persianas bajadas o traduciendo unos párrafos sobre genética que en este momento no llaman demasiado mi atención. Sé que París está muy lejos en el tiempo y el espacio y que aunque no fuera así una flor no fa estiu. Pero estoy cansada de estar aquí encerrada; tengo ganas de salir a la calle y aprovechar los reflejos del Sol para hacer fotos que sé que no me gustarán, observar las hojas granates y relucientes que he descubierto en el parque de mi calle, que también es el de parte de mi infancia (aunque ahora allí nadie lleve patines). Ir al río; ver el Tibidabo de lejos y a los chavales que corren persiguiendo un balón por el césped recién mojado, a la pareja que hace mimos a su perro junto al cartel con una silueta de caniche tachada con una línea roja bastante gruesa. O ponerme a tocar al piano ahora mismo, a las tres de la mañana; despertar a los vecinos porque sí, para que dejen de dormir y vivan de una vez, porque todo esto son horas perdidas: y hacerlo con un ruido atronador, porque en realidad ya no sé tocar nada; bajarme una partitura de Amélie como hice una noche de verano y que suene lo que Dios quiera. Pero si de Él tenemos que fiarnos, estamos apañados.

Aunque todo esto, en el fondo, sólo viene de que mañana es Sant Jordi y estaría bien no tener las amígdalas como globos, porque pocos días a lo largo del año resultan tan (no bonitos, por favor, esa palabra es tan hueca)...tan vibrantes. Es tan vibrante que no es un día, es una diada. Tan verde y amarillo y rojo intenso, tan épico con la lanza y el dragón, tan bullicioso en todas partes, tan esplendorosamente humano, y libros y rosas llenando de letras y perfume las calles y una bandera hecha con sangre que, por querida, si me gustaran las banderas y no creyera que son mentira, sería la mía.

martes, 21 de abril de 2009

so I'll just keep on laughing

i és que ahir potser pensava que, però no. Em ploren els ulls perquè hi ha poca llum, massa fum i jo no fumo gaire, més aviat poc, més aviat depèn de la setmana i de les ganes de trobar un reflex rere una mirada diguem-ne qualsevol. Quatre notes més i sona Boys don't cry. A mi em ve al cap que some girls don't either; que això en principi no és ni bo ni dolent, però que fet i fet segurament és força contraproduent.

Ara torno a tenir febre, però no passa res: el pitjor és precisament que ja m'hi estic acostumant i que no sé com desfer-me de tantes i tantes coses que em bullen al cap. Sé que cada cop tinc els ulls més foscos, les mans més febles i els records més llunyans, però avui era un dia especial simplement perquè una cançó ho ha dit durant molts anys, o perquè sovint la retina m'enganya i fingeix que veu una silueta enllà, enllà, amb uns colors i unes formes que no són de veritat. Llavors m'omplo els pulmons d'aire i em dic que és per això que no porto ulleres: per poder veure el món des d'altres punts de vista. I de vegades m'ho crec, i d'altres no gaire.

miércoles, 15 de abril de 2009

flashes de la migraña (o no)

Los días de mar de fondo, las noches de falta y excesos, esta sopa confusa de destemplanza y migrañas; sí, el martilleo ardiente de la migraña, temblor y presión y morderse los nervios hasta desgarrarlos, como quedarse nebulosamente ciego o describir sin puntos un torrente de variables porque los torrentes no frenan, nunca se paran; como este latir irrefrenable de mi cabeza, de mis pulmones, que laten y laten y laten y me van chupando la sangre, me abrasan el encéfalo, me arrastran en un rumor sofocado como si no existiera nada más.

Y mientras tanto escuchar mentalmente una canción de Vetusta Morla que dice cosas tan ciertas como las palabras que no existen nos pueden salvar, aunque en mi opinión tienen algunas mucho mejores (y eso no significa que ésta no sea genial).

lunes, 13 de abril de 2009

el goteo de las horas

***

Un despertar ausente sueña horizontes tibios.

Yo no.
La llovizna ahí fuera, el
saber que la mañana será infiel y oscura,
la ventana como reto.
Decir que bueno, oh killed; salir a aceptar el riesgo con los ojos brillantes.
Mientras tanto el goteo insistente de las horas,
de las notas,
de las hojas gorgoteo incesante que no deja respirar,
así sobre nosotros, así asegurando
que seguimos aquí
que seguimos allí
en ningún lugar concreto y en tantos a la vez;
que seguimos en pie y que no sueño,
no, yo no:
yo me mantengo en vela.

domingo, 12 de abril de 2009

Astromántica

Escribir es como contar estrellas, sólo que un poco más difícil. Es como enfilar sílabas con la yema de los dedos e ir tejiendo constelaciones de palabras.

La escritura no debe ser sólo automática; astromántica también.