miércoles, 27 de mayo de 2009

27 de maig

Las calles de siempre. La gente de siempre sentada en los mismos bancos, los mismos brazos al aire, un sol radiante; camioneros descargando cajas de cerveza, un perro labrador blanquísimo que saca la lengua, hombres de negocios maletín en mano, muchachas con la cartera colgando, un profesor algo canoso que las pone nerviosas sólo con pasar. Una tienda de bocatas en cadena y sí, la Diagonal que no interrumpe nunca su ir y venir de locales y visitantes, su condición de vena y arteria de la ciudad jamás durmiente.
Pero hoy algo huele diferente, no sé, hay algo electrizante en el aire; lo llaman expectativa, o ansiedad, pero de la positiva, de la de quien sabe que se juega algo importante, pero que si lo pierde no pasa nada, porque sólo en jugárselo ya ha ganado más de lo que cabía esperar. Carteles por todas partes anunciando la hora, por si alguien aún no la supiera, letras de colores, gente que grita más de lo normal, camisetas que algunos ya ni sabían que tenían (incluso una de Cruyff de los años setenta)... y un ambiente generalizado; las radios no hablan de otra cosa, las teles ya no saben cuántos programas extraordinarios dar. Y no sé qué va a pasar hoy; me gustaría, claro, que para una vez que esta ciudad (y este país) se pone de acuerdo en algo y lo siente de verdad, esa comunión sirviera para algo; y que esta noche estalláramos, que vibráramos con dos colores que, sacados de contexto, podrían haber combinado realmente mal, pero que así son algo más que dos pigmentos. Sé que hace un par de días soñé que perdíamos, Eto'o empataba y acabábamos llevándonos la tercera a casa. Y recuerdo el gol. También sé que es bastante la gente que habla mal del fútbol, y en realidad yo solía pensar algo parecido a lo que piensan ellos: no tiene importancia.
Y no, no la tiene, en absoluto. Y no debe convertirse en una cortina de humo, en eso estamos de acuerdo. Pero si algo puede unir así a la gente y hacer que existan días como éste; si algo puede hacer disfrutar a los que sufren malos tiempos, que no son pocos; si algo puede hacernos pensar más en nuestras similitudes que en nuestras diferencias, no sé ellos, pero yo firmo.

2 comentarios:

afi* dijo...

El dia d'ahir va ser tan màgic, tan espectacular...
el somni de tota persona, no només dels culés.
ahir es va demostrar que la il·lusió pot canviar el món i que quan volem, tots som UN.

Felicitats pels tres títols!

Ese dijo...

en realitat, trobo qe en tens molta, de raó. el meu problema és qe encara no he sabut trobar-li el què a això del futbol... però si, si hi ha alguna cosa qe pot fer tot això...
(: