miércoles, 15 de abril de 2009

flashes de la migraña (o no)

Los días de mar de fondo, las noches de falta y excesos, esta sopa confusa de destemplanza y migrañas; sí, el martilleo ardiente de la migraña, temblor y presión y morderse los nervios hasta desgarrarlos, como quedarse nebulosamente ciego o describir sin puntos un torrente de variables porque los torrentes no frenan, nunca se paran; como este latir irrefrenable de mi cabeza, de mis pulmones, que laten y laten y laten y me van chupando la sangre, me abrasan el encéfalo, me arrastran en un rumor sofocado como si no existiera nada más.

Y mientras tanto escuchar mentalmente una canción de Vetusta Morla que dice cosas tan ciertas como las palabras que no existen nos pueden salvar, aunque en mi opinión tienen algunas mucho mejores (y eso no significa que ésta no sea genial).

1 comentario:

Eva dijo...

Jo tenia migranya els dies de vent. Em venien moltes ganes de menjar plàtans i xocolata, que són precisament les coses que no s'haurien de menjar quan tens migranya. Per sort fa molt de temps que no en tinc.

Moltes vegades és culpa del no dormir...