Los inviernos enseñan a no creer en los semáforos ni en los hombres del tiempo, ni en las chicas demasiado bonitas. Yo me guardo en el bolsillo un trozo de costilla y medio latido; sé que esto ya ha pasado alguna vez, así que no me columpio ni me desmayo en público mientras duren los relámpagos. Algo que no todos pueden decir: soy tan real que siempre tiritaré por las mismas cosas. Mi sangre ya la limpiaré, que aquí no pasa nada, y es que conozco la canción perfecta para encenderte los ojos, pero en un hueco de la almohada guardo un as y una navaja, para quedar en tablas si hace falta.
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1 comentario:
Firmada.
Sobre el texto no puedo decir nada y menos a estas horas xD
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