sábado, 6 de marzo de 2010

Para no fallar

No todo puede ser relámpagos y asfalto, no siempre las cruzadas han sido para bien, ni nosotros tan vampiros. Cuando cruces mi mirada te detendré un segundo, ulls clucs, silenciosament perduda, hi ha tantes coses que no he pogut pintar, maragdes amagades, un coixí de corall.

Consentí no hipnotizarme, alimentarme de presencias. Las palabras gotean poco a poco, casi por deferencia, y quieren decir lo que no, desmenuzan las horas. En la ciudad del poeta hay rumores, carámbanos de arena... Aquí todo es más pulcro.

Sólo está el clown, la viuda, un finísimo relámpago de sangre. La noche es una melodía indigesta; pájaro austero, graznar no servirá si no eres más que presa. Si miras muy fijamente las estrellas, confesaba, puedes no despertar; pero nos cubriremos con cristales recién hechos, dormiremos bajo siete llaves. Hay alegría en el café, en la hora de la siesta de cada jueves inflamado. Cuando me bostezabas arrullaba las farolas, abría las ventanas, creía en no creer. Te he licuado el nombre y las mitades que no entiendes saltan descalzas por la pared.

1 comentario:

Eva dijo...

M'agradaria poder liquar noms...