Porque un acorde no compensa la espera, yo voy perdiendo terreno y balbuceos viendo la historia de sus vidas. Sabes que no me rindo nunca, que la rara me quiso por peligros y botellas, por rizos y desmesuras. Y ahora yo –que no solía desmontarme tanto– pienso que hoy
hoy es mañana, y ojalá que esta noche, que esta noche y no mañana (una sólo, de verdad) me miraras, una vez, sólo una, ni que fuera por desidia y me almibaras calculando, planeando entre paraguas cómo espeluznarnos sin decirnos demasiado. Sin que pasemos de cuartos de esta especie de ocasión tan poco preparada, que hoy es jueves y hay ofertas en el bar, que te jugarás mi vida a los dardos y al azar de la memoria. Que me jugaré una copa a la luz de todas las razones que he buscado. Y no digas que no hay mañanas, que no, que la resolución es falsa, que me subiré a la cama y prometeré no ahogarme, ventilarnos las protestas, seguir mordiendo así.